Monday, June 7, 2010

CARMEN CHACON PLANEA SUPRIMIR LAS FIESTAS DE TODAS LAS PATRONAS DE LAS ARMAS Y CUERPOS DE LAS FUERZAS ARMADAS

Hace un par de meses, la Newsletter de la revista Atenea, dedicada a la seguridad y defensa, que se difunde por Internet, llevaba en portada las festividades de las patronas de todas las armas, cuerpos y servicios de las Fuerzas Armadas.

Alarmado por este inaudito despliegue informativo, ajeno a lo que constituyen hoy los ejércitos en los países modernos, llamé a uno de sus editores y se lo plantee. ¿Os habéis vuelto locos? ¿Por qué estáis haciendo este periodismo al estilo más rancio y más caduco de la profesión? ¿No sabéis que eso se estila muy poco hoy en día?

No es nada rancio. Se trata de un plan para contrarrestar las maniobras del Gobierno. Llevada por su fanatismo e intransigencia la ministra Carmen Chacón está empeñada en suprimir a todas las patronas del Ejército y dejar a los militares sin sus fiestas, me dijeron desde el otro lado del hilo telefónico.

Se trataba, en palabras de mi interlocutor, de una ofensiva en toda regla para desarraigar y apartar a las Fuerzas Armadas de sus valores tradicionales, desposeyéndolas de todos sus virtudes religiosas, culturales e históricas y convertir a las unidades militares en una masa amorfa, en una especie de mercenarios, de soldados de fortuna, a los que se ha extirpado de raíz sus referencias morales y religiosas de cualquier tipo, capaces de obedecer sin rechistar al mando socialista, al estilo de las tropas del Frente Popular.

LA MINISTRA DE DEFENSA PRETENDE IMPONER SU NIHILISMO Y ATEISMO AL ULTIMO BASTIÓN QUE LOS SOCIALISTAS AÚN NO HAN PODIDO DESTRUIR

La reciente celebración de la fiesta del Corpus en Toledo, Sevilla y Granada fue la primera ocasión oficial para poner en práctica las ideas emanadas de la inquina partidista y sectaria del PSOE. En aplicación del nuevo Reglamento de Honores Militares las unidades intervinientes en la festividad desfilaron sin la bandera nacional, pertrechados de sables en lugar de fusiles con bayoneta calada y sin rendir los honores militares de ordenanza a la Eucaristía.

El periodista José Javaloyes nos recuerda en Atenea que las maniobras para «deshumanizar y descristianizar» a las Fuerzas Armadas habían comenzado en 2009. Ese año la fiesta de la Inmaculada dejó de festejarse en cuarteles y Academias con la solemnidad religiosa que venía desde 1585, cuando el Tercio español venció en Bommel (Flandes) tras encontrar enterrado un cuadro de la Inmaculada Concepción y rezarle una Salve haciendo varios miles de prisioneros.

«Sólo desde la ignorancia activa, nutriente principal de todo sectarismo, tienen posibilidad y curso iniciativas tan perturbadoras como ésta. Lamentable e irritantemente gratuita; propia de los definidos definido por escandalosas carencias operativas en materias donde no hacer cuanto se debe, por incapacidad o por cobardía, precede fatalmente a lo catastrófico. Gobernar es hacer posible lo necesario y tornar imposible, en la práctica, aquello inconveniente y dañino para el bien común de los gobernados», señala Javaloyes en su artículo de Atenea.

No le falta un ápice de razón. Tras acabar con los fundamentos básicos de la religión, la escuela, la educación y la familia, heredados de la tradición romana y cristiana (la familia como célula de la sociedad, la tabulae nuptiales, la patria potestas o la figura del Pater Familia por ejemplo) e incorporados a nuestra cultura a través de XX siglos de difícil andadura, al igual que ha ocurrido en el resto de los países occidentales, al socialismo sólo le faltaba acabar con uno de los pocos pilares de la sociedad que siguen intactos: las Fuerzas Armadas.

Con un ejército cada vez más multicultural y multiétnico, lo habían intentado de mil maneras diferentes: obligando a los oficiales y jefes a que se respetara el Ramadán con los soldados de origen musulmán; permitiéndoles anteponer sus rezos y plegarias dentro de los acuartelamientos al margen de la disciplina militar; autorizando las «bodas» entre soldados del mismo sexo y convirtiendo, en definitiva, a las Fuerzas Armadas en una ONG, o como dice un amigo mío, en Organización Muy Gubernamental, que es en realidad en lo que se han convertido los socialistas a las ONG, en entidades de obediencia debida al partido.

Faltaba tocar la esencia, el corazón de las Fuerzas Armadas, y eso es lo último que se ha hecho. Ignorando que, desde hace siglos pero especialmente en la última Guerra Civil los soldados de ambos bandos se batieron unos «por Dios, por la Patria y el Rey» y otros, los nacionalistas, por la Patria católica, apostólica y romana Eusko Gudariak (somos los gudaris vascos/para liberar Euskadi) que se entonaba junto con el Gora ta Gora (Arriba Euzkadi/ gloria y gloria/ a su buen Dios). En definitiva, atacar al Ejército en su esencia y en sus más nobles y recias usanzas es lo mismo que embestir en contra de un conjunto de tradiciones éticas, morales y religiosas, que son las que forman el ser, el alma de las naciones.

Porque, en la esencia de los valores que defienden los ejércitos no faltan nunca la Patria, la moral, la religión, la familia, la enseñanza, la disciplina y las tradiciones cristianas más arraigadas. Y sólo por ellas, las Fuerzas Armadas han derramado, derraman y derramarán hasta su última gota de sangre en todas las contiendas habidas y por haber.

Las tradiciones militares y religiosas constituyen al mismo tiempo, una parte relevante si no esencial de la Historia de España, representan las claves que explican la vertebración de muchas naciones como sociedades libres, justas y prosperas en el devenir de los tiempos, la esencia de su identidad nacional y los ejes sobre los que se asientan su libertad frente al enemigo exterior, su seguridad y su estabilidad a lo largo de los siglos.

Por eso gran parte de los ejércitos franceses tienen como patrona a Santa Juana de Arco, los aviadores (militares y civiles) a nuestra señora de Loreto, los ingleses a San Jorge y algunos paracaidistas italianos al Arcángel Miguel por poner algunos ejemplos entre miles. Santa Bárbara se lleva, sin duda, la palma: es patrona de la Royal Artillery, RAF Armeros, Australia (RAAF Armeros), Canadá (Explosivos Ordenanza eliminación Técnicos (EOD), la fuerza aérea canadiense Armeros, Real Canadiense de Artillería, Canadá Militar de Campo de Ingenieros), Nueva Zelanda (RNZAF Armeros, RNZA ), las Fuerzas de Defensa irlandesas Regimientos de Artillería, Ejército de los Estados Unidos y la Infantería de Marina de campo y de Artillería de Defensa Aérea y otras formaciones de Artillería, incluida la española.

El intento de la ministra Carmen Chacón («El ejército del Ebro/ una noche el río pasó /ay Carmela, ay Carmela») de suprimir la festividad de las patronas de las armas, cuerpos y servicios de las Fuerzas Armadas dentro de la más rancia tradición agnóstica, pagana o atea como ocurrió en la II República, es el último ataque socialista al núcleo básico de las Fuerzas Armadas. Esperemos que Carmen Chacón en esta ocasión tampoco pueda cruzar el Ebro y, si intenta hacerlo, se deje por lo menos el cargo en el camino.

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