DE ESTA FORMA SE DARÍA PASO AL PRINCIPE PARA
INICIAR UNA “SEGUNDA TRANSICIÓN” Y A UNA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN Y DAR UNA
SOLUCIÓN PACTADA A LOS PROBLEMAS SEPARATISTAS
La II Guerra Mundial está a punto de
terminar. Los ejércitos aliados se encuentran ya al borde de la frontera de los
Pirineos dispuestos a invadir España y a librar Europa de la última “tiranía”,
del último fascismo, el de la “Falange” española que no resultó ser tan
peligrosa para las libertades occidentales como la pintaban los “rojos” en el
exilio.
Y es entonces cuando los delegados del
Consejo Nacional Catalán Josep Fontalals
y Joan Carner Ribalta le envían un memorándum de 11 folios al coronel William
J. Donnovan, jefe de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), el servicio
secreto norteamericano, precedente de la CIA.
“La aceptación de la independencia de estas
dos regiones (País Vasco y Cataluña), con sus partidos autóctonos, sin
vinculación con el resto de España, debe constituir una cuestión previa a
cualquier arreglo del problema de la Península Ibérica”, le dicen en perfecto
castellano, como debía ser, ya que en Estados Unidos nadie hablaba catalán. Y
agregan:
“Los líderes republicanos no deben mantener
el estado unitario heredado de los tiempos de la monarquía porque sin la
separación de vascos y catalanes con sus
estados propios es imposible alcanzar
una solución pacífica y duradera que asegure la paz en la península ibérica”.
En Nueva York, donde tenía su “delegación”
(una especie de embajada como las que tienen ahora CiU y los nacionalistas
vascos) el PNV, el “embajador de Euskadi” Manu de la Sota le hace llegar al
gobierno americano la decisión del “presidente” de los vascos, José Antonio
Aguirre, un tipo impuesto por el Frente Popular en plena Guerra Civil, y del
que fuera del lehendakari o jelkide del PNV Doroteo Ciaurriz. “Cualquier invasión
de España debe garantizar previamente la independencia total y absoluta del
pueblo vasco. Los partidos políticos tienen dos opciones o firman un programa en
el que se comprometen a defender Euskadi con uñas y dientes o se largan.
Castilla es muy grande”.
UNA DE LAS FÓRMULAS QUE SE BARAJAN ES DIVIDIR ESPAÑA EN CUATRO REINOS, CATALUÑA, PAIS VASCO, GALICIA Y CASTILLA
Mucha gente, sin embargo, parece haber
olvidado la historia. En estos días, algún grupo monárquico pretendidamente
europeo, sectores de la masonería catalana, grupos vinculados al empresariado
del Principado y hasta por algunas cancillerías europeas, empiezan a circular
documentos secretos que contienen “pretendidas fórmulas” magistrales para hacer
frente al desafío catalán e impedir que la iniciativa de convocar un referéndum
para separarse de España el 11 de septiembre de 2014 llegue a celebrarse, con
la división del país en dos bloques antagónicos, hostiles, refractarios a
entenderse e irreconciliables. Lo que supondría, para muchos, el principio de
la desaparición de la nación española, máxime teniendo en cuenta que Escocia
celebra una consulta popular autorizada por las mismas fechas y que la masa
crítica a favor de la independencia acaba de crecer con la incorporación del
socialismo catalán, traidor al internacionalismo proletario y a sus esencias
históricas, a las tesis separatistas.
DE ESTA FORMA SE EVITARÍA EL REFERENDUM SEPARATISTA DE ARTUR MAS, AL QUE SE ACABAN DE UNIR LOS SOCIALISTAS CATALANES EN BLOQUE
De ahí que estos sectores aboguen por
anticiparse y buscar soluciones que impidan se tenga que llegar a la ilegal
consulta a los catalanes que propone Artur Más, que sería apoyado sin duda por
el 80 por ciento de los catalanes, al hacer campaña en favor de la consulta el
Partido Socialista Catalán, que acaba de desvincularse del nacional en esta
materia. El plan pasaría por persuadir al Rey de España de que, por el bien de
la nación, debería abdicar las próximas Navidades o, como muy tarde, días
después de la celebración de la Pascua Militar del 6 de enero de 2014, acto en
el que pediría prudencia y serenidad al Ejército y una vez resuelto el “Casio
Urdangarín”.
De esa manera, plantean la posibilidad de que
el Príncipe una vez convertido en Rey pudiera encabezar desde una nueva
perspectiva y sin ataduras de manos una “segunda transición” que pasaría por
una reforma de la Constitución, la abolición del “café para todos” y la
partición de España en cuatro Reinos de nueva creación, ya que no tienen
entronque en la historia (Castilla, País Vasco, Cataluña y Galicia), el
sometimiento de la nueva Carta Magna a referéndum del pueblo español y a
reiniciar la historia de nuevo, retrocediendo cinco siglos, hasta 1505, para
volver a volver la Edad Media y comenzar desde cero convertidos en una de las últimas
naciones de la Unión Europea.
EL PROYECTO NO ES MÁS QUE UNA VUELTA DE TUERCA A LA CONOCIDA COMO TRIPLE ALIANZA GALEUSCA DE 1923, TANTAS VECES FACASADA
"La población española aceptaría de
buena gana una renovación al frente de la Corona al estilo de Holanda, donde la
reina Beatriz acaba de anunciar que abdica en favor de su hijo Guillermo
Alejandro, dado que el jueves cumple 75 años de edad”, señalaba hace apenas
unas semanas la Asociación Monárquica Europea en un comunicado que recogió la
agencia Servimedia y el periódico El Economista, entre otros. Y en otro, no
vinculado al primero, propugnaba esta idea recogida enseguida por un sector del
empresariado ca-talán y otro vinculado a la masonería española:
“¿Qué os parecería que España se convirtiera
en un Reino Unido formado por los reinos de Castilla, Cataluña, País Vasco,
Galicia? ¿Se podrían crear nuevos estados no históri-cos unidos bajo la Corona
de España? ¿Es descabellado? Ante unos hechos al parecer inevitables, ¿sería
legítimo plantear una nueva organización del estado como estado fe-deral
monárquico? El reino Unido de Gran Bretaña es una Monarquía federal, Alemania
lo era de 1871 a
1918, también Austria-Hungría hasta 1918”.
La propuesta no es nueva. Se trataría de
resucitar, más o menos, el proyecto de
tantas veces fracasado de la Triple Alianza separatista de 1923, la vieja
Galeusca (Galicia-Euskadi-Cataluña como estados libres) que resucita de nuevo
en 1931 y trae de cabeza a la II Republica con las insubordinaciones de
Cataluña (la única región que impone su estatuto) y que no pudo aplicarse en
Galicia ni en el País Vasco, por mucho que el PNV pretenda hacernos creer lo
contrario: el Estatuto Vasco fue rechazado varias veces y se “aprobó” en plena
Guerra Civil, sin discusión y por aclamación, por unos cuantos diputados, ya
que las Cortes estaban disueltas de hecho por la contienda. Jurídicamente, no
tuvo validez alguna, al faltar el quórum en la Cámara.
EL GOBIERNO CONSIDERA QUE ESTA TESIS PODRÍA SER APOYADA POR DURÁN Y LERIDA, RAZÓN POR LA QUE SE HIZO LA VISTA GORDA CUANDO SE PERDONARON LOS DELITOS DEL “CASO PALLEROLS”
Tras un siglo de fracasos, no deja de ser
cierto que las llamadas “regiones históricas” cuentan en 2013 con un nivel de
autogobierno, con sus propias redes de infraestructuras, energéticas, de
abastecimiento de toda índole, su sistema financiero propio (Cataluña no lo
tenía en 1931), su sistema fiscal (en el caso vasco), sistema educativo,
asistencial sin contar con las instituciones privativas de un estado moderno (gobierno,
parlamento, tribunal de cuentas, defensor del pueblo, policía propia y hasta
sistema judicial no autónomo al 100 por ciento pero adaptado plenamente a las
peculiaridades forales de cada región) y hasta con sus propias embajadas, lo
que facilitaría mucho las cosas.
De otra parte, la pasividad del Rey y del
Príncipe ante la amenaza de Más, la actitud de Mariano Rajoy como sujeto pasivo
que ve de lejos el desafío, su carácter de personaje impasible, al estilo de The
Quiet American, las declaraciones de Felipe González en el sentido de ir a una
España asimétrica modificando la Carta Magna, la sentencia pactada perdonando a
Unió sus delitos en el “caso Pallerols” y otras muchas manifestaciones, hacen sospechar
a numerosos ciudadanos que algo de lo que he contado se esta cociendo entre
bastidores, en los entresijos del poder, y que hay contactos en este sentido con
el sector de José Antonio Durán y Lérida, aunque no se lo voy a preguntar.
TODAS ESTAS PROPUESTAS, EN ESTUDIO, OBVIAN LA REALIDAD ESPAÑOLA: EL PAIS SIGUE SIENDO UNA JAULA DE ESCORPIONES COMO OCURRIÓ TRAS LA II GUERRA MUNDIAL
De ahí que no tenga más remedio que volver al
inicio de esta crónica. Cuando George F. Kennan[1],
jefe de la Oficina Naval (OWI) de los Estados Unidos en España durante la II
Guerra Mundial; cuando el embajador en Madrid Carlton J.H. Hayes[2],
el jefe de la Oficina de Asuntos
Europeos del Departamento de Estado, James C. Dunn[3];
en el instante en que el mismo secretario de Estado americano Cordell Hull[4],
el jefe de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), Wild Will Donnovan[5],
como le conocían sus colaboradores; en el momento en que dos de los responsables
del departamento de Guerra (hoy
Pentágono), James Forrestal y su sucesor George C. Marshall[6]
informan a la Casa Blanca que la España del exilio era una jaula de grillos
rabiosos, una enorme botella de escorpiones con tres banderas distintas decididos
a matarse entre si en el momento en que se les diera armas para hacerlo, el
Gobierno americano dio ordenes tajantes de que los tanques y las divisiones
aliadas que iban a democratizar España se dieran la vuelva y volvieran a Paris.
El entonces presidente Harry S. Truman, que
llega al poder el 12 de abril de 1945, casi al final de las hostilidades en el
escenario europeo y asiático sucediendo en el cargo a Franklin D. Roosevelt
rompe cualquier pacto no escrito en este sentido con los republicanos españoles
consciente de que invadir España para imponer tres estados independientes
hubiera sido sembrar el germen de otra Guerra Civil. Y para salvar la cara,
tanto él como Charles De Gaulle, Joseph Stalin y Winston Churchill ordenan el
bloqueo a la España franquista al mundo civilizado en la Conferencia de San
Francisco de 1946 y la retirada de embajadores.
EN 1945 TODOS LOS ALTOS CARGOS AMERICANOS, SIN EXCEPCIÓN, PLANTRARON AL PRESIDENTE TRUMAN QUE NO SE INVADIERA ESPAÑA AL EXISTIR UN ALTO RIESGO DE UNA NUEVA GUERRA CIVIL ENTRE PAIS VASCO Y CATALUÑA Y EL RESTO DE LA NACIÓN
Porque ante la tesitura de una España rota,
como pretendían los nacionalistas, hubiera sido muy probable que desde los
requetés, falangistas y monárquicos de Calvo Sotelo (Prefiero una España roja a
rota) hasta muchos socialistas (Si cualquier movimiento reivindicativo
de la democracia en España se mezclara con las aspiraciones separatistas de País
Vasco y Cataluña, (…) me temo que eso podría determinar en la unión de todos
los españoles en torno a Franco. Yo mismo, si no fuera socialista hasta la
médula me haría franquista, Indalecio
Prieto), hubieran unido sus fuerzas y
empuñado los viejos Mauser para luchar contra la gangrena separatista, el
cáncer que amenaza a España desde hace un siglo, algo que muchos siguen sin
entender en la España actual.
De ahí que cualquier intento de evitar otra
cruel guerra en Europa como la de los Balcanes por procedimientos pacíficos sea
loable. Pero que muchas de estas ideas sean asumidas desde el poder, desde
donde se ha entregado el poder a ETA en País Vasco y se asume como inevitable
la separación de Cataluña, y se empiezan a planificar estrategias de ruptura al
margen del pueblo español, es una peligrosa arma de doble filo.
Porque alentando las secesiones separatistas
desde el poder se puede estar alentando, sin pretenderlo, lanzar a unos
españoles en contra de otros y preparando una nueva guerra balcánica, como la
de la ex Yugoslavia, o una desmembración de la nación como ocurrió con el
imperio austro-húngaro o el otomano en 1918.
De ahí que antes de proseguir por ese
espinoso camino, cuajado de rencores ancestrales, de odios africanos y de
millones de espinas, considerado una traición por millones de españoles, vetado
por un sector del Ejército que no quiere que España vuelva a la Edad Media no
sólo en lo político sino en lo militar (habría que recordar los centenares de
guerras libradas entre gentes de una misma raza), si yo fuera Mariano Rajoy,
ese sujeto que con su silencio no hace otra cosa que dar alas al separatismo,
empezaría a estudiar los “papeles de Washington”, cosa que algunos, muy pocos,
hemos hecho. Ahí están todas las claves de porque Franco duró 40 años en el
poder y por qué los españoles no nos matamos por enésima vez entre 1945 y 1950.
Y, encima, gran parte de este país incluido el presidente José Luis Rodríguez
Zapatero o su ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, siguen
menospreciando u odiando a los americanos.
[1] Años más tarde se convirtió en uno de los
teóricos de la Doctrina de la Contención y de Guerra Fría con su Telegrama Largo desde Moscú.
[2] Católico, profesor de la Universidad de Columbia,
historiador y amigo personal de Roosevelt.
[3] Posteriormente fue
embajador de Estados Unidos en España entre 1953 y 1955, además de en Italia,
Francia y Brasil.
[4] Premio Nobel de la Paz en 1945.
[5] Medalla de Honor del
Congreso en la I Guerra Mundial, amigo personal del presidente americano, multimillonario
y espía por vocación. Entrenado por el MI.5 jamás cobró sueldo alguno.
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