Monday, June 14, 2010

LA SUBIDA DE IMPUESTOS LLEVARA A ESPAÑA A LA QUIEBRA AL NO PODER PAGAR MÁS DE UN MILLON DE ESPAÑOLES SUS HIPOTECAS

El grave dilema de la economía española en el segundo semestre del 2010 es que tanto el sector público como el privado están endeudados hasta las cejas y que una intervención desproporcionada del Gobierno incrementando los impuestos para salir de la crisis puede provocar una hecatombe de imprevisibles consecuencias en los mercados financieros y, por ende, obligar a la Unión Europea a intervenir la economía española.
La estrategia anunciada por el gabinete que preside José Luis Rodríguez Zapatero, ese hombre providencial que Dios nos ha mandado para atormentarnos, es subir los impuestos de manera abusiva e indiscriminada haciendo que los costes del despilfarro público, el pago de los salarios de los 3.2 millones de funcionarios, el dispendio en los 35.000 vehículos oficiales al servicio de una clase política corrupta y los altos salarios (por encima de los 7.000 euros mensuales en la mayoría de los casos) de los miles de asesores de las 17 reinos de taifas recaigan sobre las clases medias.
Para ello, según publicaba ayer La Gaceta se pretende subir el IVA en dos puntos, el IRPF (cuyo tipo máximo podría pasar del 43 al 53) e incrementar las plusvalías por rentas de capital, que tributarían a partir de los 6.000 euros al 25 por ciento, frente al 21 por ciento actual. También se reimplantaría, en aquellas regiones donde no se aplica, el Impuesto sobre el Patrimonio y se subirían los impuestos indirectos del alcohol, el tabaco, hidrocarburos y otros. "La avaricia recaudadora es tal que el 50 por ciento de la renta bruta familiar pasaría a manos del Estado para reducir el déficit en 3 puntos en 2011", afirma el periódico.
Paralelamente, las comunidades autónomas del PSOE han apostado masivamente por incrementar su capacidad confiscatoria en los tramos de impuestos cuya recaudación tienen transferida. Así Cataluña va a incrementar el IRPF a los trabajadores autónomos o por cuenta ajena que ganen más de 120.000 euros, Andalucía, a los que reciban prestaciones por encima de los 90.000 y Extremadura a aquellos que sobrepasen los 60.000 euros (10 millones de pesetas) de ingresos anuales. Como puede apreciarse, las comunidades subsidiadas históricamente, con un alto porcentaje de la población viviendo de la sopa boba del Estado, salvo Cataluña, tratando de esquilmar un poco más a los que con su tesón y esfuerzo ganan más.
Todos los analistas financieros coinciden en que este asalto indiscriminado a la cartera o a las cuentas corrientes de los españoles sólo permitirá recaudar 5.000 millones de euros, lo que supone reducir en medio punto el déficit pero que la presión fiscal podría tener consecuencias catastróficas en otros segmentos de la economía nacional, como el sistema financiero, al impedir que decenas o centenares de miles de españoles no pudieran hacer frente a sus hipotecas con los bancos y estos, a su vez, se declararan insolventes para hacer frente a sus deudas en el mercado interbancario ante sus colegas del Reino Unido, Francia y Alemania.
La situación es, por por explicarlo en términos gráficos, la de la serpiente que se muerde la cola o la del escorpión que se clava a si mismo el aguijón emponzoñado hasta matarse con su propio veneno. La disyuntiva a tomar, por lo tanto, es muy difícil ya que la economía española se encuentra encerrada en un círculo infernal, casi diabólico. Si no se suben los impuestos o se toman otras medidas para contener los costes salariales unitarios de las empresas (que han subido un 30 por ciento entre 2001 a 2007, frente a Alemania (6 por ciento) o a Estados Unidos, donde se han reducido en más de un 27 por ciento), quiebra el Estado y si se dispara el saqueo a los bolsillos de los contribuyentes, al más burdo estilo keynesiano, el riesgo de insolvencia se traslada al sector privado y al financiero, al dedicar más del 80 por ciento de las familias la mayor parte de la renta disponible a pagar sus hipotecas y el resto a meterlo en la hucha por temor a que se incrementen los intereses y se queden sin casa.
El segundo informe trimestral del Banco Internacional de Pagos, hecho público ayer, revelaba que las entidades financieras de la Eurozona se juegan 705.000 millones de Euros en Irlanda, Portugal y España, siendo la concentración de riesgos con España (602.000 millones de euros) la más grave de todas, al estar vinculados la mayor parte de los créditos a la financiación de viviendas que se han devaluado entre un 15 y un 25 por ciento desde el inicio de la crisis, en 2008.
De otra parte, un informe del acreditado instituto Mckinsey, elaborado con datos del segundo trimestre de 2009, asegura que el conjunto de la deuda española en relación con el Producto Interior Bruto (1.117.624 millones de Euros según Eurostar) representa el 336 por ciento de la riqueza nacional, lo que traducido la moneda europea equivale a la no desdeñable suma de 4.090.503 millones de Euros.




Por sectores, los compromisos financieros contraídos por el conjunto de la economía nacional se descompone en deuda soberana del Reino de España (625.869 millones de euros); obligaciones del sector de la vivienda (972.332 millones de euros); deuda de instituciones financieras (916.451 millones de euros) y créditos no financieros, en el que se enmarcan las cifras multimillonarias de Unidad Editorial, Grupo Prisa, Canal 6 y otros (1.575.849 millones de euros).
En este contexto no tiene nada de extraño que la presidenta alemana Ángela Merkel y el presidente del Bundesbank estén presionando para que la economía española sea intervenida por Bruselas y que primero el Financial Times Deustchland y hoy el Frankfurter Allgemeine Zeitung estén abogando por una intervención inmediata de la Unión Europea, coro al que acaba de unirse el Banco de Inglaterra el cual alerta de un posible Crack de la Bolsa de Londres por la bancarrota de países como España, Portugal o Grecia, según relataba el periódico The Telegraph.
No es extraño, en consecuencia, que como decía el dirigente socialista Felipe González, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero esté muy desmejorado por el desgaste físico. «Se le nota el peso de la crisis y del ejercicio del poder», agregó. «Que lástima que no haya un Dios misericordioso que se lo haya llevado, ahora que está en gracia divina,como decía Silvio Berlusconi, haciéndonos un favor a todos los demás», me contaba un banquero comentando la noticia.

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