EL EX «HACKER» AUSTRALIANO, ACUSADO DE VIOLACIÓN POR UNA FEMINISTA RADICAL, NO HA ELUDIDO NUNCA LA ACCIÓN DE LA JUSTICIA NI PRETENDE ESCAPAR Y SU ENCARCELAMIENTO POR UN ASUNTO VANAL, ARCHIVADO YA UNA VEZ POR LA FISCALÍA SUECA, ES UN CHANTAJE Y UN INTOLERABLE ABUSO DE DERECHO
Suecia es sin duda uno de los países del mundo donde más violaciones de mujeres se producen a tenor de las estadísticas. De hecho el año pasado hubo 28.000 denuncias en una nación de poco más de nueve millones de habitantes donde el clima frío y lluvioso hace que los penes de los hombres estén casi siempre contraídos y poco aptos para mantener relaciones sexuales.
Esto ocurre, además, en el reino de la igualdad entre hombres y mujeres. O incluso en el único país del mundo donde la mujer ha logrado superar a los hombres en muchos campos de la actividad humana, desde la universidad, la abogacía a la literatura. De hecho, el Gobierno sueco presume que en la administración hay muchas más subsecretarias y directoras generales mujeres que hombres.
Por eso extraña que se siga atentando tan ampliamente contra los derechos sexuales de las hembras. De hecho, si extrapoláramos los datos de las denuncias a países como Estados Unidos, Francia, Inglaterra o España habría sin duda legiones de mujeres armadas de tijeras patrullando por las calles dispuestas a cortarle el pito a cualquier hombre que se atreviera a echarles una mirada lasciva.
El último caso de presunto violador es el del dueño de Wikileaks, Julián Assange, uno de los personajes más famosos del año 2010 por haber filtrado primero las tropelías de las fuerzas aliadas en la guerra de Irak y, más recientemente, por dejar con el trasero al aire al Departamento de Estado, al sacar a la luz decenas de miles de documentos entre las embajadas de todo el mundo y la Secretaría de Exteriores de la nación más poderosa del mundo.
Según la información que ha trascendido el azote de la diplomacia norteamericana no violó a ninguna sueca, tal y como se entiende en los códigos penales estadounidense, español o francés, por poner sólo tres ejemplos durante una estancia casi clandestina en Estocolmo el 11 de agosto pasado para dar una conferencia.
Durante su viaje y por motivos de seguridad fue alojado en la casa de una militante feminista liberada, Anna Ardin, quien se ofreció a darle cobijo y a «arroparle bajo el edredón», tras una cena y un rápido flirteo. Según la declaración de ésta, esa primera noche hubo acto sexual y, durante el mismo, se rompió el preservativo. Ella se indignó cuando se dio cuenta de ello y le echó la culpa al hombre quien, ciego por la pasión y el ardor del momento, alega no haberse enterado tampoco hasta el final cuando ya no había solución alguna. Ardin, sin embargo, sospecha que el hombre se dio cuenta de que el condón se había roto y, por eso, le acusare de violación.
EL DUEÑO DE WIKILEAKS ESTÁ ACUSADO DE VIOLACIÓN PORQUE LAS SUECAS, ANTES TAN LIBERALES, YA SOLO HACEN EL AMOR CON PRESERVATIVO Y A ÉL SE LE ROMPIÓ EL SUYO
Sin embargo, por extraño que parezca, después de aquel encuentro amoroso, la feminista siguió manteniendo relaciones sexuales con Assange e incluso el 14 de agosto preparó una fiesta en honor de su «ardoroso» amante ocasional. Nada hacía pensar que detrás de la actitud amigable de la mujer había resentimiento alguno y, mucho menos, una violación, salvo que a las suecas les de ahora por agasajar a los que atentan contra su libertad sexual.
Lo que provocó la denuncia en comisaría fue, al parecer, la aparición posterior de otra dama, Sofía Wallen, una joven de 20 años, pareja sentimental del artista estadounidense Seth Benson, que se fijaría en Assange desde la primera fila que ocupó durante el seminario poco después. Sofía se enamoró inmediatamente del «hacker» australiano y le invitó a dormir en su casa y, como no, a mantener relaciones sexuales con ella en dos ocasiones, una noche con preservativo y, de nuevo al día siguiente, sin ningún tipo de protección.
Pero eso, en principio, no pareció molestarle. Lo que le indignó, lo mismo que a Anna Ardin, fue enterarse que Assange era un «mujeriego» y que aprovechó su estancia en Suecia para realizar más de una cata sobre la pretendida liberalidad y libertad sexual de las mujeres de aquel país.
Pero eso, en principio, no pareció molestarle. Lo que le indignó, lo mismo que a Anna Ardin, fue enterarse que Assange era un «mujeriego» y que aprovechó su estancia en Suecia para realizar más de una cata sobre la pretendida liberalidad y libertad sexual de las mujeres de aquel país.
De ahí que las dos mujeres, celosas y puestas de acuerdo, acudieran a una comisaría y pusieran una denuncia contra el dueño de Wikileaks, quien no ha negado en momento alguno la versión de las damas. Hubo sexo consentido con ambas aunque luego, según la feminista, una señora que describe en su blog «como vengarse de los hombres en siete pasos legales», se convirtió en un presunto abuso al no tener el hombre los suficientes reflejos para detenerse en el momento en que se lo exigía su pareja.
En ninguno de los dos casos ha existido, por lo tanto, ni acoso sexual y mucho menos violación tal y como aparece descrita ésta en la mayoría de los códigos penales: «atentado contra la libertad sexual de otra persona con violencia e intimidación». Tampoco puede inferirse que las presuntas «violadas» fueran personas menores de edad o especialmente vulnerables ni que el Don Juan australiano tuvieran una «conducta degradante o vejatoria» hacia las víctimas. Tampoco, por lo que han declarado, ellas hicieron esfuerzo alguno para interrumpir el acto sexual.
Por el contrario, tanto Anna como Sofía, aparecían sonrientes y contentas en todas las intervenciones de Julián Assange, de donde cabe deducir que la picha del australiano debía haberle satisfecho a gusto, ya que ninguna de ellas, a pesar de que éste no era demasiado partidario, por lo que se ve, de colocar la «camisiña do pito» al susodicho, lo cual no es ningún delito ni en Suecia ni en la Cochinchina. La mujer que esté en contra de este comportamiento se levanta de la cama, se viste, se larga, y no pasa nada. Es lo que habitualmente suele ocurrir.
TRAS SU DETENCIÓN APARECE LA LARGA MANO DE LOS GOBIERNOS OCCIDENTALES AL QUEDAR CON EL TRASERO AL AIRE EN LAS ULTIMAS FILTRACIONES DE LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO
Estas dos mujeres, sin embargo, con sus denuncias extravagantes, han logrado atrapar al hombre con el que ni siquiera los Estados Unidos y su poderosa maquinaria policial había podido. Defendidas por Claes Borgström, portavoz del Partido Socialdemócrata en asuntos de igualdad y partidario de ampliar los casos de violación y acoso sexual, Claes presentó primero una denuncia ante la fiscal Maria Kjellstrand, la cual, tras recibir la denuncia a trámite, decidió que no había indicios de delito.
Aunque el Suecia rige el principio penal de «non bis in idem», molesto, Borgström llevó el asunto a otra fiscal y en septiembre el caso se reabrió sin más pruebas que las iniciales. Assange prestó declaración en una ocasión y salió sin ser procesado ni inculpado de delito alguno y pudo abandonar sin problemas el país.
De ahí que resulte extremadamente escandaloso que el 7 de diciembre pasado, se dictara una orden de busca y captura por medio de Interpol contra Assange que se encontraba en esos momentos en el Reino Unido y que se presentó inmediatamente voluntariamente ante Scotland Yard ya que no tiene nada que temer.
Lo extraño ha sido la reacción de los tribunales de Justicia ingleses. En lugar de aplicarles el Habeas Corpus y dejarle en libertad con la obligación de presentarse ante el tribunal sueco cuando sea llamado, en el país donde más se usó a partir del siglo XVII [Ley Inglesa de 1640 y Acta Hábeas Corpus de 1679] esta norma que impide el abuso de los tribunales y garantiza los derechos del justiciable ha sido encarcelado hasta el día 14 en el que se decidirá sobre su suerte. Todo lo cual no deja de ser vergonzoso e indignante, visto el contexto en que se produce la arbitraria anulación de una medida encaminada a evitar que se cometan gratuitamente injusticias y el país que la dicta. La libertad es el primer bien jurídico que deben tutelar los tribunales y la única garantía de ello es aplicar con presteza y diligencia el derecho de todo individuo al hábeās corpus [ad subiiciendum] (tendrás tu cuerpo libre) , tal y como lo definían los romanos.
EL RIGHT TO KNOW AMPARA LA DIFUSIÓN DE INFORMACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS Y TANTO EL GOBIERNO COMO L AS AGENCIAS GUBERNAMENTALES ESTÁN OBLIGADOS A FACILITARLA POR LEY
Todo ello constituye sin duda un desagradable abuso de Derecho, un chantaje inadminsible, una amenaza a la libertad de expresión, y un intolerable e inconcebible "aviso" de los poderes públicos que se presumen democráticos, para que su empresa de Internet deje de publicar documentos oficiales, trabajo que realiza amparándose en el principio del Derecho a Conocer de la sociedad, el Right to Know que consagra la Freedom of the Information Act de los Estados Unidos, donde tiene la sede social Wikileaks.
Elaborada esta Ley tras el "caso Watergate", la misma obliga a los poderes publicos, a las agencias gubernamentales y al mismo Gobierno a facilitar toda la información disponible en sus archivos a los medios de comunicación. En caso de negarse a ello, los periodistas pueden acudir a los tribunales, los cuales están obligados a la desclasificación de aquellos asuntos de interés general, salvo los que afecten a la seguridad nacional.
Su destino, en consecuencia, parece tener mucho más que ver con el cabreo del Departamento de Estado y la administración de Barack Obama que con el grosor de los preservativos suecos, un asunto que sin duda debería preocupar seriamente al letrado Claes Borgström.
En el país de la excelencia, puntero en muchos campos de la investigación, es lamentable coño que los condones se rompan, especialmente cuando la pareja está llegando al clímax previo al orgasmo. ¿O pretenderán de esta singular manera los nordicos de Europa aumentar la natalidad en uno de los países donde menos niños se ven por las calles?
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