Sunday, October 17, 2010

DESPUES DE QUE ETA ASESINARA A MÁS DE 800 PERSONAS OTEGUI ASEGURA AHORA QUE LA IZQUIERDA NACIONALISTA NO TOLERARÁ MÁS MUERTOS

CON SU «ARREPENTIMIENTO» EL TERRORISTA PRETENDE QUE ZAPATERO LES PERMITA VOLVER A LAS INSTITUCIONES Y CREAR UNA NACIÓN EN EL NORTE DE ESPAÑA

A comienzos de la década de los ochenta, el comando del que formaba parte intentó secuestrar a Gabriel Cisneros Laborda, uno de los padres de la Constitución, y como se resistió le pegaron unos cuantos tiros que le tuvieron al borde de la muerte. Poco después, secuestraron a Javier Rupérez y lo tuvieron oculto varios meses en una urbanización turística de Ávila.

Todo esto ocurría mientras varios compañeros suyos trataban de matar en Orense a Eulogio Gómez Franqueíra y lo conseguían en Álava y Guipuzcoa con Jaime Arrese, José Ignacio Ustarán y Juan de Dios Doval Mateo, miembros de la ejecutiva del partido del gobierno, los tres asesinados en menos de un mes.

El intento de aniquilación de la UCD en el País Vasco lo mismo que en el resto de España, dio origen a la creación de los GAL en la etapa de Adolfo Suárez. Sus comandos asesinaros a dos miembros de los GRAPO en Paris, trataron de quitarse de en medio al dirigente del MPAIAC, Antonio Cubillo Ferreira en Argel y mataron a cuatro personas en el Bar Hedeyais, en el Sur de Francia.

El político abulense no tuvo tiempo de continuar con la guerra sucia. Su dimisión para que la democracia no fuera un paréntesis en la historia de España y el golpe de estado del 23-F pusieron fin provisionalmente al terrorismo de Estado. Hasta que el 28 de octubre de 1982 llegó al poder Felipe González. ETA amenazó con liquidar a los dirigentes socialistas, llevar a cabo su limpieza étnica de los «enemigos de Euskadi» como decía Arnaldo Otegui y sus compañeros, y el PSOE defendió a los suyos cuando unos comandos de acción clandestinos que lograron, por primera vez en la historia, que los pistoleros asesinos encontraran la horma de su zapato.

Eso es así y no de otra manera, por mucho que el testarudo director de El Mundo trate de manipular la historia y hacer comulgar a los españoles con ruedas de molino. Pedro J. Ramírez lo escribió con meridiana claridad en Diario 16 en uno de los editoriales del periódico de la calle San Romualdo: «O ellos o nosotros».

EL TERRORISTA DE ETA PUDO HACER ACTO DE CONTRICCIÓN ANTES DE INTENTAR SECUESTRAR A CISNEROS Y A RUPEREZ, DEJANDO MALHERIDO AL PRIMERO, DANDO ORIGEN AL NACIMIENTO DE LOS GAL

Al margen de si los GAL eran o no moral y jurídicamente reprobables, cuestión que no viene al caso, lo cierto es que entre 1980 y 1986, ETA lanzó un desafío a la clase política española, intentó aniquilar a sus principales dirigentes en el País Vasco (Chus Viana, Txiki Benegas, Jaime Mayor, Marcelino Oreja, Enrique Casas, Ricardo García Damborenea, Fernando Buesa, Fernando Múgica y otros muchos) y recibió su propia medicina, lo que redujo ─ y esto tampoco es posible negarlo─ los asesinatos de los «años de plomo» de 110 muertos a menos de 35.

Años más tarde, los terroristas que nos tenían en el punto de mira a todos nosotros, a la sociedad entera en general pero en especial a los políticos constitucionalistas que ejercían su profesión en el País Vasco, a los que pretendían exterminar para crear un estado independiente, socialista y euskaldun, han sido derrotados por la España democrática, aplicando el Estado de Derecho, la Constitución y la Ley.

Y ahora, cuando no son nadie, cuando han perdido la batalla de crear su «patria vasca» donde, por cierto, los aborígenes o indígenas no representan a más del 30 por ciento de la población, resulta que Arnado Otegui El Gordo, uno de los miembros que vino a Madrid a secuestrar a Javier Rupérez y a Gabriel Cisneros no se arrepiente de sus acciones terroristas pero, ahora que carecen de capacidad para asesinar, afirma que ya no van a hacerlo más.

EL PERIODICO EL PAIS, EN LUGAR DE LAVAR LA CARA A LOS ASESINOS, HARÍA MEJOR PAGANDO LOS 5.000 MIILLONES DE EUROS QUE DEBE A BANCOS Y CAJAS DE AHORRO

En declaraciones al diario El País, el pistolero de ETA, afirma desde la cárcel de Navalcarnero (Madrid) que si «ETA matase mañana, la “izquierda abertzale” se opondría», como si ETA y su trama política no fueran la misma cosa. En el reportaje, que no es más que un lavado de cara de la banda armada y de su principal dirigente en los últimos años, Otegui tiene la desfachatez de seguir exigiendo al Gobierno el cumplimiento del «programa de máximos» de la banda armada, como si 45 millones de españoles tuvieran que plegarse a las exigencias enloquecidas de un grupo de asesinos ─ más cercanos a la mafia que a un partido político ─ y premiarles después de haber sido derrotados política y militarmente.

Lo que no es más que un episodio más de la historia de España en relación a las provincias Vascongadas y Navarra en este caso desde mediados del siglo XIX. Alzados en contra del poder constituido, la monarquía absolutista en tres guerras civiles ─las Guerras Carlistas─, acabadas estas todos ellos no solo fueron amnistiados sino que sacaron provecho de su rebeldía y enfrentamiento con la corona de España, aprovechándose de la debilidad del Gobierno y de la «hermandad» existente entre los generales que luchaban en los ejércitos rebeldes e isabelinos, compañeros de armas de en las últimas guerras coloniales, como magistralmente cuenta Benito Pérez Galdos en su libro los Ayacuchos y otros.

CON EL APOYO DEL PSOE, ETA QUIERE VOLVER A REPETIR EL FINAL DE LAS GUERRAS CARLISTAS VASCAS Y QUE LOS DERROTADOS ACABEN DE NUEVO COMO VENCEDORES

En un contexto parecido, Arnaldo Otegui, Iñigo Urcullu, Joseba Eguibar, Rafael Díez Usabiaga, Rufino Echevarría y otros muchos asesinos o cómplices de estos, bien sean del PNV o de ETA que todos van en el mismo barco tal y como se cuenta en li libro ETA, el saqueo de Euskadi, pretenden sacar rédito político de su derrota, de su adiós forzado a las armas.

Los malos de esta película, sin embargo, no van a ser los terroristas cuya meta, ya se sabe, es imponer a tiro limpio las cosas mientras puedan, sino José Luis Rodríguez Zapatero y su cuadra de percherones vascos, de pottokas con RH negativo (Txiki Benegas, Jesús Eguiguren o Odón Elorza), a los que no les va a importar vender por un puñado de lentejas lo que queda de España para mantenerse en el poder hasta marzo de 2012 y alargar innecesariamente la agonía de millones de españoles.

Y diarios como El País que deberían poner todo el énfasis en pagar los 5.000 millones de euros que deben (cinco veces su neto patrimonial) para no desaparecer del mapa, nos quieren presentar ahora a los más sanguinarios pistoleros de ETA como a unas infelices e ingénuas hermanitas de la caridad, a los que se les puede comprar con una mínima limosna, cuando a lo que aspiran unos y otros, PNV y ETA, es a la destrucción de la nación española.

No comments:

Post a Comment