Tuesday, May 11, 2010

CASO GARZON: SE VA EL CAIMÁN...

Al final, como dice la cumbia colombiana con la que los venezolanos le dan la serenata a Hugo Chávez, como años ha otros le cantaban a Fulgencio Batista o a Fidel Castro, "se va el caimán...". Aunque, como recoge la leyenda este crocodilio o yacaré, al contrario que el de Barranquilla no tenga la dentadura pero si la cartera de oro, se trata, como no puede ser de otra manera, del juez español Baltasar Garzón Real.

Esta mañana, ha pedido la excedencia al Consejo General del Poder Judicial por un período de siete meses para probar fortuna en la Corte Penal Internacional. El permiso es temporal por lo que el magistrado no abandona la judicatura española ni su cargo en la Audiencia Nacional. Por otra parte su huída hacia adelante tampoco paraliza las tres causas penales pendientes en el Tribunal Supremo y que tienen ocupados a casi todos los magistrados del Alto Tribunal.

Como los boxeadores el juez ha decidido esperar hasta el último momento para quitarse los guantes y arrojar la toalla. Porque, lo más probable, es que esta semana mientras esté haciendo las maletas, su colega del Supremo Luciano Varela decrete la apertura de juicio oral en las diligencias se le siguen por haber abierto una "causa general" contra el franquismo por los crímenes cometidos durante la Guerra Civil.

Considerado por muchos de los que le conocen como una persona tocada por un analfabetismo endémico y un patológico endiosamiento su actitud de desafiar en los últimos meses, con manifestaciones, algaradas y recusaciones al Tribunal Supremo puede costarle muy caro. Porque en el caso de que se decidiera abrirle juicio en los próximos días Garzón quedaría inhabilitado para ocupar cualquier puesto oficial en la Corte Penal Internacional.

El Estatuto de Roma, que regula el funcionamiento de este alto tribunal establece que para ocupar uno de los 18 sillones destinados a los magistrados o el puesto de fiscal general es conditio sine qua non no haber perdido la condición de juez en su país de origen. Así que si el Tribunal Supremo español pone en marcha el proceso para su enjuiciamiento, el Consejo General del Poder Judicial inexorablemente tendrá que suspenderle automáticamente en sus funciones.

Para evitar esta situación bastante previsible Garzón no va a ocupar ningún cargo oficial en la Corte Penal Internacional. El día que se traslade a La Haya (Países Bajos), donde al parecer tendrá su por ahora despacho, lo hará como un simple asesor externo del Fiscal, Luis Moreno Ocampo, puesto que por cierto le fue ofrecido al juez de jueces en junio de 2003 y que, curiosamente, se negó a aceptar. Para el campeón de la Justicia Universal y de los Derechos Humanos, para una figura de renombre internacional como él, esta era una recompensa demasiado pequeña. Ahora, cosas del destino, twist of fate, tendrá que conformarse con ser un mero consultor.

Aunque aún no se conocen las causas judiciales de las que se ocupará el periódico El País asegura que tendrá que pasar largos periodos en Uganda, Congo o Sudán, la tierra de grandes cocodrilos y de los caimanes. Lo peor de todo no es que Garzón coja en esos inhóspitos países que no parecen hechos para la vida humana la malaria o la filaria pongamos por caso. Lo más grave sería que regresara a España dentro de siete meses, cuando termine el período por el que ha sido contratado por el fiscal Moremo Ocampo.

Tal posibilidad sería empeorar de nuevo las cosas y para muchos revivir la pesadilla de tener que soportar a un juez pretencioso, pagado de si mismo y que, como decía su colega ya fallecido Joaquín Navarro Estevan "se lo inventa todo o casi todo". Según tengo contado en mi libro Garzón juez o parte, la obra de más éxito de La Esfera de los Libros, que ni es redonda ni vende nada, en 2003 para resolver una situación similar (su enfrentamiento con el presidente Aznar por la guerra en Irak), el Consejo General del Poder Judicial le envió a Nueva York durante quince meses. Tras su regreso a España el juez más inmaculado y justo de los que en el mundo han sido decidió abrir varias causas penales contra del Partido Popular violando todas las leyes existentes y las que están por redactar todavía.

Así es que mi humilde opinión sería que a Garzón debería buscársele una buena mulata que siempre es buen pretexto para tenerle entretenido o negársele la entrada a España hasta el 26 de octubre 2025. Sé que esto no es nada democrático, pero ese día el Caimán cumple los 70 años y no puede volver a la carrera judicial. Lo contrario sería como volver a empezar.

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