Monday, May 24, 2010

EL FISCAL DE LA PAMPA AFIRMA QUE GARZON ES UN EXPERTO EN INVESTIGACIONES NACIONALES E INTERNACIONALES Y CRIMENES COMETIDOS POR LOS ESTADOS

MORENO-OCAMPO PASA POR ALTO QUE SU PROTEGUIDO, EL JUEZ ESTRELLA, NUNCA ACABÓ SUS SUMARIOS SOBRE ARGENTINA Y CHILE Y SÓLO LLEGÓ A PROCESAR A UNA PERSONA

EN EL CASO DE LOS GAL EN VEZ DE INVESTIGAR A LOS VERDADEROS CRIMINALES, SE DEDICÓ A ORGANIZAR UNA CACERÍA-VENGANZA CONTRA EL GOBIERNO


El fiscal argentino Luis Moreno-Ocampo nos deleita por segunda vez con sus mentiras desde el diario El País hoy lunes 24 de Mayo, con mo-tivo de la llegada de Baltasar Garzón a La Haya para incorporarse al Tri-bunal Penal Internacional. Afirma el fiscal: « Le agradezco a España, que ha liderado la adopción del Estatuto de Roma, por permitir que Gar-zón se sume a partir de hoy y por siete meses a nuestro equipo. Somos 300 personas de 70 países distintos. Tenemos que ser un equipo eficiente y consistente. Garzón nos va a ayudar a desarrollar algunas áreas de nuestro Manual de Operaciones».
Aunque ya dejé sentado la semana pasada que la contratación del ins-tructor de la Audiencia Nacional para ocupar un cargo oficial en la Corte de La Haya es ilegal, en base al artículo 36 apartado 7 del Estatuto de Roma que dice taxativamente: «los magistrados y fiscales deben ser ele-gidos entre personas de alta consideración moral, imparcialidad e inte-gridad, que reúnan las condiciones requeridas para el ejercicio del cargo en sus respectivos países».
Garzón, al estar imputado en España en tres sumarios, admitidos a trámi-te por tres salas (un total de 15 magistrados) del Tribunal Supremo no parece que tenga la «alta consideración moral, la imparcialidad ni inte-gridad» que debe exigirse para este cargo. Pero es que, además, al estar «suspendido de funciones» ha perdido su capacidad jurisdiccional en España y, por tanto, «al no reunir las condiciones requeridas» para el ejercicio de su función de juez en la Audiencia Nacional» tampoco debe-ría tenerla en la Corte Penal Internacional.
Lo más chusco e hilarante del asunto es atribuir al juez estrella « expe-riencia en investigaciones nacionales e internacionales sobre crímenes cometidos por miembros del Estado o de organizaciones criminales» como lo hace Moreno-Ocampo. Y añadir, además, que « [esa experien-cia] va a permitir que desarrollemos nuevos métodos de investigación».
Es bien cierto, señor fiscal de la Pampa, que Baltasar Garzón inició un proceso para extraditar a Augusto Pinochet a España y otro para perse-guir a las Juntas Militares argentinas. Pero usted bien sabe que no logró ninguno de los objetivos. Y que en todos los años que dedicó a perseguir a las dictaduras del Cono Sur sólo logró encarcelar a un presunto tortu-rador, del que además hay serias dudas de que haya participado en los delitos que se le atribuyen. Me refiero al «mecánico» de la Armada Adolfo Scilingo al que el juez llama a su oficina judicial con malas artes, ofreciéndole inmunidad penal a cambio de su testimonio, y acaba proce-sándole y condenándole, en base a varios artículos de prensa escritos por el propio Scilingo, que luego no fueron ratificados en sede judicial. Es lo que en español se llama venir por lana y ha salido trasquilado.
Los métodos de investigación de Garzón, como a usted tampoco se le oculta, son mucho más expeditivos, caprichosos y arbitrarios. El titular del Juzgado Central 5 de la Audiencia Nacional es el único juez español que investigó durante cerca de diez años a los GAL y no detuvo a nin-gún terrorista, a ni uno sólo de los autores materiales de los 29 asesina-tos cometidos por el llamado terrorismo de Estado.
Pero bastó con que lo echaran de la política, para que utilizara viejas in-vestigaciones a punto de prescribir como arma arrojadiza en contra de sus antiguos compañeros de Gobierno y procesara y encarcelara a los al-tos responsables del ministerio del Interior, utilizando su cargo de juez para vengarse del Gobierno, convirtiendo la función jurisdiccional en la actividad propia de un malandrín o rufián cualquiera.
Y ya que hablamos de rufianes, y a la espera de que cunda el ejemplo de la Corte Penal Internacional y alguien nos compre a José Luis Rodrí-guez Zapatero, otra inutilidad elevada a la enésima potencia, no me re-sisto a dedicar unas líneas al último con el que me he topado.
En diciembre de 2007, cuando se puso a la venta mi libro Garzón, juez o parte, base de dos de las tres investigaciones del Supremo en contra del juez, el presunto periodista Manuel Cerdán, entonces director de Inter-viú, dedicó su columna editorial, titulada «Fahrenheit 451» a pedir que la obra fuese arrojada a la hoguera. Al excelso reportero, colaborador espontáneo y defensor a ultranza de las andanzas y fechorías del «juez estrella» en numerosos artículos e investigaciones sumariales (según cuenta Pedro J. Ramírez), le parecía casi una blasfemia, una herejía, que se cuestionara la imparcialidad e integridad de su idolatrado y nunca bien ponderado ídolo.
El jueves 20 de mayo, en el mayor acto de travestismo periodístico de todos los tiempos, en la más obscena de las metamorfosis, el tal Cerdán no tuvo el menor empacho, recato o comedimiento en utilizar ese libro que pretendía quemar cual Juana de Arco, como base documental exclu-siva para hacer un programa especial dedicado a Telemadrid, sin citar siquiera el origen de su información.
A eso, habitualmente, suele llamarse plagio. Pero dejémoslo ahí. Ya sabemos que el muchacho recién converso tiene el corazón partío, no puede hacer muchos esfuerzos y necesita mucho Zintróm, que es una especie de medicamento que impide que se te ponga la sangre gorda y que, a la vez, diluye el veneno que genera el cuerpo. Pues de mi parte que le den cien mil cápsulas no sea que se nos vaya a morir de emponzoñamiento, ahora que tiene que reciclar toda la basura que escribió a favor del «juez estrella».

No comments:

Post a Comment