Primero fue el Arquitecto catalán Carlos Morales, sobrino político de la Reina Sofía, ca-sado con la Princesa Alexia de Grecia y Dinamarca, la hija del Rey Constantino. El 25 de mayo de 2009, la Guardia Civil de Lanzarote procedía al registro de su despacho y, posteriormente a su detención, bajo la acusación de corrupción, tráfico de influencias y de un presunto delito contra la Ordenación del Territorio.
Por esas fechas, dentro de la llamada Operación Unión, la Benemérita investigaba una red que se dedicaba al cobro de comisiones a cambio de gestiones administrativas y otras actividades delictivas en las que se hallaban implicados hasta 39 políticos isleños, incluido el ex presidente del Cabildo de Lanzarote, Dimas Martín, presunto cerebro de la trama.
Tras la intervención de numerosos teléfonos, el nombre del sobrino político de la Reina de España aparecía en numerosas ocasiones en decenas de conversaciones con el máxi-mo dirigente del Partido de Independientes de Lanzarote, Martín, condenado anterior-mente a ocho años de prisión por corrupción.
Amigos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín de la etapa en que en residieron en Barcelona, Carlos Morales y Alexia de Grecia, dejaron de verse durante algún tiempo por la isla canaria, pero sus nombres han quedado marcados para siempre al comparecer el arquitecto durante varias horas ante el Juzgado de Instrucción Número 5 de Arrecife.
El entorno de la Familia Real volvería pecado servicio motivo de polémica a comienzos de 2010. El jueves 26 de marzo de ese año, el ex presidente del Govern balear Jaume Matas reconocía que la sociedad Palma Arena había mantenido conversaciones con el yerno del Rey, Iñaki Urdargarín al objeto de promocionar el velódromo. A raíz de Aquel encuentro el Ejecutivo autonómico firmó un convenio con el Instituto Nóos, dedicado al mecenazgo y patrocinio, que estaba presidido entonces por el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, casado con la Infanta Cristina de Borbón.
Nóos recibió entonces una subvención de 1,2 millones de euros para la celebración de un foro sobre turismo y deporte que duró apenas tres días, entre el 22 y el 25 de Noviembre de 2005. «Recomendé hacer aquel pago y lo volvería a hacer», reconoció ante Matas al juez instructor.
A raíz de las denuncias sobre el derroche de los fondos públicos en Mallorca se supo que el Instituto Nóos había cobrado otros 1,2 millones de Euros de la Comunidad Valenciana para promocionar en esta ocasión la Copa América, la mayor competición del Mundo del Deporte de la Vela, cuya sede oficial fue la ciudad del Turia y en 2007 y volvió a serlo en 2010.
La empresa de Urdangarín ─cuyo padre el ingeniero industrial José María Urdangarín Berriotxoa tuvo problemas para justificar parte de su gestión al frente de la Caja de Ahorros de Vitoria y Álava, la Vital Kutxa, que presidio a partir de abril de 1996 ─ haría recibido supuestamente del gobierno de Francisco Camps otros tres millones de euros para promocionar la candidatura de Valencia a los primeros Juegos Olímpicos Eu-ropeos, proyecto que al final se desechó por el Comité Olímpico, a pesar de que los va-lencianos lo tenían todo previsto para que el Ágora albergara los campeonatos de Tenis, el puerto de la Copa América, las regatas y el nuevo Estadio del las necesarias pistas de atletismo.
Los tres millones de euros cobrados para el lanzamiento publicitario de estos Juegos Olímpicos ─ que nada tienen que ver con el Festival Olímpico de la Juventud Europea (European Younth Olympic Festival), que se viene celebrando desde 1991─ hasta don-de se sabe se esfumaron misteriosamente.
En el entorno de la Familia Real llueven, por tanto, los escándalos de corrupción. En es-te ambiente de asuntos no demasiado claros no es extraño, en consecuencia, que Iz-quierda Unida haya pedido al Parlamento que La Zarzuela explique en que se gasta la Monarquía la asignación anual que recibe con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Algo que no estaría de más tal y como andan los tiempos, aunque la figura del Rey, ya se sabe, es inviolable. Además de serlo no estaría de más que lo pareciera al menos un poco.
Por esas fechas, dentro de la llamada Operación Unión, la Benemérita investigaba una red que se dedicaba al cobro de comisiones a cambio de gestiones administrativas y otras actividades delictivas en las que se hallaban implicados hasta 39 políticos isleños, incluido el ex presidente del Cabildo de Lanzarote, Dimas Martín, presunto cerebro de la trama.
Tras la intervención de numerosos teléfonos, el nombre del sobrino político de la Reina de España aparecía en numerosas ocasiones en decenas de conversaciones con el máxi-mo dirigente del Partido de Independientes de Lanzarote, Martín, condenado anterior-mente a ocho años de prisión por corrupción.
Amigos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín de la etapa en que en residieron en Barcelona, Carlos Morales y Alexia de Grecia, dejaron de verse durante algún tiempo por la isla canaria, pero sus nombres han quedado marcados para siempre al comparecer el arquitecto durante varias horas ante el Juzgado de Instrucción Número 5 de Arrecife.
El entorno de la Familia Real volvería pecado servicio motivo de polémica a comienzos de 2010. El jueves 26 de marzo de ese año, el ex presidente del Govern balear Jaume Matas reconocía que la sociedad Palma Arena había mantenido conversaciones con el yerno del Rey, Iñaki Urdargarín al objeto de promocionar el velódromo. A raíz de Aquel encuentro el Ejecutivo autonómico firmó un convenio con el Instituto Nóos, dedicado al mecenazgo y patrocinio, que estaba presidido entonces por el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, casado con la Infanta Cristina de Borbón.
Nóos recibió entonces una subvención de 1,2 millones de euros para la celebración de un foro sobre turismo y deporte que duró apenas tres días, entre el 22 y el 25 de Noviembre de 2005. «Recomendé hacer aquel pago y lo volvería a hacer», reconoció ante Matas al juez instructor.
A raíz de las denuncias sobre el derroche de los fondos públicos en Mallorca se supo que el Instituto Nóos había cobrado otros 1,2 millones de Euros de la Comunidad Valenciana para promocionar en esta ocasión la Copa América, la mayor competición del Mundo del Deporte de la Vela, cuya sede oficial fue la ciudad del Turia y en 2007 y volvió a serlo en 2010.
La empresa de Urdangarín ─cuyo padre el ingeniero industrial José María Urdangarín Berriotxoa tuvo problemas para justificar parte de su gestión al frente de la Caja de Ahorros de Vitoria y Álava, la Vital Kutxa, que presidio a partir de abril de 1996 ─ haría recibido supuestamente del gobierno de Francisco Camps otros tres millones de euros para promocionar la candidatura de Valencia a los primeros Juegos Olímpicos Eu-ropeos, proyecto que al final se desechó por el Comité Olímpico, a pesar de que los va-lencianos lo tenían todo previsto para que el Ágora albergara los campeonatos de Tenis, el puerto de la Copa América, las regatas y el nuevo Estadio del las necesarias pistas de atletismo.
Los tres millones de euros cobrados para el lanzamiento publicitario de estos Juegos Olímpicos ─ que nada tienen que ver con el Festival Olímpico de la Juventud Europea (European Younth Olympic Festival), que se viene celebrando desde 1991─ hasta don-de se sabe se esfumaron misteriosamente.
En el entorno de la Familia Real llueven, por tanto, los escándalos de corrupción. En es-te ambiente de asuntos no demasiado claros no es extraño, en consecuencia, que Iz-quierda Unida haya pedido al Parlamento que La Zarzuela explique en que se gasta la Monarquía la asignación anual que recibe con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Algo que no estaría de más tal y como andan los tiempos, aunque la figura del Rey, ya se sabe, es inviolable. Además de serlo no estaría de más que lo pareciera al menos un poco.
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