Friday, July 2, 2010

JOSEP MONTILLA, EL MOLT HONORABLE CHARNEGO ANDALUZ AMENAZA DE NUEVO A ESPAÑA: "SE, SE ,SE, SEMOS UNA NACIÒ"


Tras imitar pero al revés las grandes hazañas y proezas de nuestros mayores conquistadores de la historia, desde Francisco Pizarro a Hernán Cortés y otros, que con valor, arrojo y pericia sojuzgaron e incorporaron a la Corona de Castilla los imperios Inca y Azteca, el molto honorable y charnego mayor del Reino, ese hijo ilustre y preclaro de Iznájar (Córdoba), Josep Montilla Aguilera, de profesión sus chanchullos y marrullerías varias, está a punto de pasar por sus heroicidades y proezas a los libros de historia de España.

En el caso de que la nación española soporte sus siguientes embates y arremetidas, y quede algo de ella que no está nada claro, el hombre que se pasó por el forro de sus bajezas la Constitución y la sentencias del Tribunal Constitucional, que cometió y sigue cometiendo desacato a las principales instituciones de la nación, tendrá un puesto de honor en la ciudad de Barcelona y en todas la viguerías de la futura Cataluña unida.

Los últimos datos que llegan a los periódicos indican que las masas están a punto de echarse a la calle para tributarle el mayor homenaje que se ha visto nunca en las Ramblas de Barcelona y aledaños y que la oligarquía catalana promueve una suscripción pública para erigirle un monumento tres veces más alto que el de Cristóbal Colón, que da brillo, lustre y esplendor a la plaza del Portal de la Pau, entre las Ramblas y el Paseo de Colón, frente al puerto de Barcelona.

Porque las "hazañas bélicas" de Montilla rebasan con creces a las de toda la lista de políticos separatistas de la historia reciente de Cataluña, desde Pau Claris y Enric Prat de la Riba, pasando por Josep Puig Cadafalch, Francecs Cambó, Francecs Macìa, Lluis Companys, Josep Irla i Bosh, Josep Tarradellas y Jordi Pujol.

Tras lograr el mayor éxito de la historia de España, impedir que cualquier ciudadano, autóctono o visitante, pueda expresarse en España en su propia lengua, hecho que los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido están a punto de imitar; tras acabar con la Fiesta Nacional como símbolo de la raza; después de promover leyes para que las universidades catalanas se constituyan en centros del saber universal prohibiendo la entrada en ellas de profesores y estudiantes del resto de España, una vez logrado que los ciudadanos españoles les paguemos sin rechistar el déficit de Cataluña (26'5 por ciento, el mayor de toda la nación) Montilla está a punto de ser proclamado Emperador del Paralelo, cargo que otro catalán, éste de verdad, Alejandro Lerroux, no pudo ostentar a plenitud por trasladarse a vivir a Madrid y Los Ángeles de San Rafaél (Segovia), y el de Pirata del Mediterráneo, tal vez más aporopiado, titulo por el que fue conocido el mallorquín Juan March hasta su muerte, pero a los que Montilla se ha hecho acreedor en los últimos años por méritos propios.

Así mismo, diversas instituciones y entidades culturales, han propuesto que sea elegido botiguer de la Plaza de Sant Jaume, viguero mayor de Sant Joan Despi y de Cornellá del Llobregat, «botifaguer» del puerto de Barcelona, Comendador de la orden de los Toros de Lidia, con derecho a lucir seis banderillas con la bandera de España en la espalda; Adelantado mayor del Reino de España en los Paissos Catalans y Presidente de la Academia de Declamación y Oratoria de Barcelona, entre otros.

En honor a los excelsos méritos contraídos por su mujer (que ostenta 16 cargos oficiales), se pretende igualmente dedicar una sesión académica de todas las universidades catalanas para proclamarle Doctor Honoris Causa en Economía Aplicada; profesor emérito en Derecho Político y Constitucional por la Universidad de Barcelona por su «pulcro, escrupuloso y recto comportamiento en la negociación del Estatuto» y administrador solidario de la página de Facebook «bandera de España no hay más que una y las demás sólo son trapos de cocina».

Montilla, sin embargo, ha declarado, que el título que más satisfacción le produce es el de enterrador mayor del Reino, con derecho a uso de azada, rastrillo, pico y pala, y con tratamiento de Grandeza de España. Y tras proclamar su orgullo por sentirse catalán hasta la médula, haciedo gala de esa agilidad mental y esa facilidad de palabra tan suyas, que le han permitido encumbrarse al Everest de la política y ser el chico más espabilado de su pueblo, don Giuseppe balbuceó: «Se,se,se, semos una Naciò», momento en que uno de los bedeles le desenchufó en micrófono, mientras la muchedumbre conmovida y arrebatada por su fecunda prosopopeya y clarividencia, por su soltura y elocuencia lingüística prorrumpía en aplausos frente al palacio de la Generalitat.

No comments:

Post a Comment