Monday, July 19, 2010

BERLUSCONI, CUYO SUMARIO SE ESFUMÓ EN LA AUDIENCIA, AL TIEMPO QUE UNA EMPRESA SUYA ENCARGABA UN LIBRO A GARZÓN TIENE LA CLAVE PARA ACABAR CON EL JUEZ


A comienzos de abril de 2010, cuando aún nadie sabía los manejos ocultos del ex titular del Juzgado Central 5 de la Audiencia Nacional con empresarios y banqueros, y bajo el título «La Filesa del juez Garzón» dí a conocer el siguiente comentario:
Cuando publiqué mi libro Garzón, juez o parte, ese gran éxito editorial debido sin duda a la impagable labor de la editora de La Esfera de los Libros Ymelda Navajo, aseguraba que antes de ser desterrado a Nueva York por el Consejo General del Poder Judicial, además de él personalmente, dos personas se encargaron de «crearle una fortunita» al magistrado.
Esas dos personas fueron, su abogado en el «caso Liaño», Manuel Medina, y el entonces consejero delegado del Banco de Santander Central Hispano, Ángel Corcóstegui. La fuente de esta información, que figura en el libro, fue el entonces fiscal de la Audiencia Nacional enrique Molina, en la actualidad, ¡ironías del destino!, defensor del impoluto magistrado en esta causa.¡Impreso está y nadie lo ha desmentido. Ni lo va a desmentir!.
Según la versión que me dio entonces Molina, adscrito al juzgado Central de Instrucción número 5, y que consta en Garzón, juez o parte, antes de que el juez mandaras sus cartas pidiendo un donativo, estos dos «conseguidores» hicieron una ronda por todas las grandes empresas y bancos del país (Santander, BBVA, Endesa, Repsol, Caja Madrid, Caiga y otras instituciones) para ayudarle a «pasar el plato» con el fin de que el Cid Campeador de los Derechos Humanos de Montoneros, Tupamaros, MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), Ejército Revolucionario del Pueblo, Frente Farabundo Martí y otros grupos terroristas de Latino América no pasara hambre en la Gran Manzana. ¡Faltaría más!
La confirmación por parte de la actual directiva de Cepsa de que su empresa "colaboró" en la colecta de los amigos del juez con 100.000 euros revela que siempre he estado en el buen camino. Falta ahora que el instructor de la causa en el Tribunal Supremo llame a declarar al magistrado y miembro del CGPJ Enrique López, a Manuel Medina, a Ángel Corcóstegui y a otros que yo me sé, quienes conocen o pueden conocer qué otras empresas colaboraron en la particular «Filesa» montada a beneficio del juez Baltasar Garzón Real, el incorruptible.
La información contenía, ni más ni menos, la lista de todas las empresas en las que Garzón había cobrado el «impuesto revolucionario» antes de irse de vacaciones a esa fantástica «city that doesn’t sleep o that never sleeps». Al par de días recibí la llamada del abogado José Luis Mazón (qué sí, que te le pongas al teléfono hombre, que Mazón no es como Antonio Panea, que es buena gente). Hablamos por teléfono y le confirme que todo lo publicado era más verdad que la desgracia que le había ocurrido al juez Ferrín Calamita, que caminaba hacia del cadalso tras un recuso suyo.
TODA LA INFORMACION QUE AHORA PUBLICA EL MUNDO COMO PROPIA APARECE EN MI LIBRO GARZON JUEZ O PARTE Y FUE REPRODUCIDA EN ABRIL EN MI PÁGINA WEB.
Mazón, que debe ser un profesional como la copa de un pino por lo que intuyó, supo tirar de la manta e ir sacando poco a poco la información que, como todo el mundo sabe no son filtraciones del Tribunal Supremo sino la obra de ese equipo de investigación fabuloso y genial que tiene El Mundo. Ahora dirigido por María Peral, aquella chica menudita que conocí en ABC y que hace unos meses se negaba a publicarle las informaciones al abogado Antonio Panea (Me prometió una página y sólo ha dado media columna, la muy p…), otro que tal baila, del tandem anti juez estrella.
Bueno, pues para que el señor Mazón no diga que no les echo una mano, voy a darle un último dato: Procure don José Luis que el juez pregunte a «Il Cavaliere», capo di tutti capi o conducator de las italias y del reino de la dos Sicilias (especialmente del Reino de Sicilia, que ahora es uno), por qué el sumario que Garzón tenía abierto en su contra por llevarse unos duros de Tele 5, las plusvalías y tal vez algo más, está archivado y duerme para siempre el sueño de los justos. O más bien el sueño eterno, que diría Raymond Chandler.
Y por que la editorial Mondadori, de la que es dueño el actual Virrey de Sicilia, por medio de sus subordinados, le encargó un libro por el que le pagó 50 millones de pesetas, de las antiguas pesetas, a su más enconado enemigo para contribuir a que pudieran comprarse hamburguesas en Nueva York. Y por qué el juez más intachable e inmaculado del universo entró en el sucio juego de dedicar dos páginas de «insultos estudiados, innocuos y minuciosamente preparados» al hombre más poderoso de Italia, sabiendo que censurar en público las actuaciones de un imputado como Berlusconi, era motivo de recusación y le incapacitaba judicialmente para llevar el caso, como no podía ser de otra manera.
¿Fue ese el «seguro» que exigió «Il Cavalieri» para soltar la pasta?. Yo profundizaría por ahí, señor Mazón. El libro se llama Un mundo sin miedo y seguramente debe quedar algún ejemplar atrasado en La Casa del Libro. Si consigue que Berlusconi, que es un hombre de honor, lo cuente todo, ¡bingo!. Y si no es así, ssiempre puede seguir la pista de Miguel Durán, Santiago Muñoz Machado, de los hermanos Ángel y Rafael Medrano de Badajoz que pueden ponerle la liebre en suerte. De todas maneras, si logra el testimonio, de Berlusconi, no le quepa duda, Garzón va directo al trullo, a pesar de su acrisolada honradez, fuera de toda duda.
EL DIRECTOR DE EL PAIS, JUAN LUIS CEBRIAN, QUE EL QUE FIGURA EN LA MANCHETA NO CUENTA, SE HA CUBIERTO DE GLORIA DEFENDIENDO AL JUEZ MÁS CORRUPTO DE ESPAÑA E INSULTANDO A LOS QUE DIJIMOS LA VERDAD DESDE EL PRINCIPIO. MENOS MAL QUE NO RECOGI EL PREMIO ORTEGA Y GASSET CON EL QUE QUISIERON COMPARME EN 1986
Bueno, señor letrado, podía contarle más cosas, pero el pacto que tengo con mis fuentes del Departamento del Tesoro me impiden, por ahora, revelar dónde guarda su dinero negro el látigo de todos los corruptos españoles que han pasado por su oficina judicial. Además, con la información que consta en autos, es más que suficiente. Usted lo sabe.
Por último, tengo que hacer referencia a dos colegas, a un tal Eduardo Martín Pozuelo, del pesebre catalán, y a otro de El País, un tal J. (espero no equivocarle) Martínez Lázaro, todo un «buenazo», según Carlos Yárnoz, «ya verás que rectifica, Pepe, ya lo veras». Con esa arrogancia y prepotencia que da el trabajar en La Vanguardia o El País, ambos cuestionaron el dato de mi libro Garzón, Juez o parte referente al dinero percibido por Garzón durante su estancia en Nueva York.
Pero como los hechos son los hechos, los diga Agamenón o su porquero, la verdad acaba siempre resplandeciendo. Ahora, aclarado todo, no les voy a pedir que rectifiquen porque sería de tontos. La gran Prensa jamás se equivoca. Pero el tal Martín Pozuelo, recogebasuras de Garzón, y el otro, M. Lázaro, deberían ahora tragarse sus falsedades y morder el polvo.
Al igual que el tipo más enterado de toda la Prensa española, ese individuo hijo de padre fascista que defendió a capa y espada al juez más corrupto de los que se han conocido. También debería comerse las miles de páginas que El País, siguiendo sus órdenes, dedicó a ensalzar la basura perfumada con más porquería. Si don Juan Luis Cebrián.
Por mi parte, punto y final. Garzón se acabó y ya está. Lo siento por la Corte Penal Internacional y los jueces y magistrados, aparentemente sin tacha, que allí trabajan. Sospecho que desde que el juez estrella se incorporó a la Fiscalía, un cierto olor a podrido, impregna la sede de la Justicia Universal y aledaños. Buena pieza acaban de adquirir. Como para haberla encerrado en el Museo de Cera cercano a la Audiencia Nacional y tirar la llave a la alcantarilla más próxima.
El desenlace de la historia la leeremos en El Mundo. Como siempre, gracias al periodismo estilo de Luis Candelas que practica su director, a ellos y nada más que a ellos hay que atribuirle la felicidad de la nación y el bienestar de los individuos que la componen, como decían los clásicos.

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